"¿Por qué elegiste esta carrera?"

Esta es una pregunta que nos hicieron a todos nada más empezar, el primer día.
Mucha gente contestó "porque no me daba la nota para estudiar lo que verdaderamente quería", otros, se limitaron simplemente a decir "porque es lo que siempre me ha gustado", y ya está. 
A mi sinceramente siempre me ha gustado muchísimo esta carrera, aunque le diese mil vueltas a la hora de decidirme finalmente por lo que quería hacer.
Pero hoy, el último día de mi primer año de carrera, puedo decir que estoy orgullosa de la decisión que tomé.
¿Quién no ha jugado de pequeños a que era maestro y daba clases a sus muñecos?
Creo que todo el mundo hemos pensado, soñado y hecho eso... Es la carrera más bonita, una carrera en la que puede que no cobres un sueldo muy alto, pero te llevas a casa a diario como regalo la sonrisa de tus 20 niños, que sabes que gracias a ti pueden llegar a ser algo en la vida, y que están aprendiendo tanto conocimientos, como juegos y formas de socializarse. 
Estudiar magisterio no es "pintar, colorear, recortar y hacer cuadernillos rubio" como muchos dicen...una carrera fácil y de tontos.
Me gustaría saber donde hubieran llegado ellos de no haber tenido a ningún maestro en su vida...
Estudiar magisterio es mucho más, va mucho más allá de toda la teoría que te tengas que estudiar, y de los trabajos. 
Es ayudar a un niño a conocer el valor de la amistad, del compañerismo, la solidaridad y la empatía. 
Es saber que gracias a ti, los niños van a ser mejores personas.
Es hacer feliz a muchos pequeños, sólo con un beso, una palmadita o un "muy bien".
Es sonreír y que se te pongan los pelos de punta cada vez que te dicen "seño".
Es secar las lágrimas de los peques, sea como sea.
Es enseñarles un juego distinto cada día, enseñarles a ser mejores personas.
Es tener como título "Graduada en Magisterio Infantil", pero tú sabes que significa "animadora, educadora, actriz, mamá, psicóloga, guía turística, acompañante, traductora, diseñadora, formadora, cuentacuentos, escritora, dibujante..."
Es querer trabajar de forma distinta, con niños a tu lado todo es más bonito.
Porque todos dicen que lo mejor de este mundo son los niños... entonces, ¿qué trabajo hay más bonito y gratificante que pasar el tiempo con ellos?